Tu libro

Cuando el mundo era de todos y de nadie en exclusiva, el ser humano, empujado por sus necesidades vitales, se iba moviendo, buscando alimentos, huyendo de catástrofes, de algunos clanes territoriales… Y en su andar, fue plasmando su pensar, sentir y actuar; lo que se ha denominado arte rupestre, ideogramas, escritura cuneiforme e incluso existen grabados que ni siquiera han sido decodificados.

Las rocas, cueros, caparazones de tortugas, huesos, papiros, han hecho posible que trascienda el hombre de entonces. Información valiosa ha llegado hasta nuestros días gracias a la evolución de facultades humanas, como la escritura. Los libros de papel han sido fundamentales y, actualmente, los libros electrónicos y medios tecnológicos de transmisión de datos permiten difundir y expandir el contenido con rapidez.

Para el lector, el libro, en el formato que sea, a menudo, cumple una función de compañía, de excusa para ponernos en otras pieles y reflexionar, dar un cambio o continuar el camino. Para el escritor, que plasma las historias, igualmente cumple la función crucial de expresión, creación, desahogo, propuesta, guía… En ambos casos, deja patente la necesidad de interacción. Con mucha razón, Aristóteles dijo: «El hombre es un ser social por naturaleza».

Creo que lo realmente importante son las historias detrás de los personajes que somos y si cada quien escribiera sus vivencias, aventuras, dramas, novelas…; quizás este mundo sería más sensible a situaciones diversas, antes que a la rutina, a las exclusiones explícitas; y en otras veladas, evitaría juzgar, marginar, condenar a los «diferentes», sin antes conocer mejor los contextos que diseñaron esos actores.

Sin lugar a dudas, hay vidas que merecen ser narradas. En realidad, pienso que todas, porque de cada una de ellas podríamos aprender, ahorrarnos esos errores, sufrimientos y capitalizar los éxitos, las alegrías, los espacios de plenitud y expansión.

Lo que al principio de la Humanidad sucedía de forma natural, ahora con la civilización, lo hemos normado, dividido, pautado, restringido…; y no es que esté en contra, siempre que se siga respetando por encima de todo al humano como ser LIBRE en la extensión de la palabra.

Los libros, siendo tan valiosos, cuánto más serían si cada uno pudiera narrar su experiencia vital, ejercida desde la libertad y responsabilidad plena. Permitiría comprender otras razones y motivaciones, como por ejemplo: ¿Por qué un buen día se decide cambiar de residencia? Quizás hemos progresado en muchos aspectos; pero, tal vez, las necesidades primarias siguen moviendo el mundo, con el añadido de limitaciones que impone el reparto de los territorios.

Si escribieras tu libro…, ¿Cómo se llamaría? ¿De qué género sería?

¿Lo ilustrarías? ¿Qué resaltarías de tu experiencia vital?

¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!

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