Reseña de ‘Tres días en la arena’

Realizada por María González Correa, abogada del equipo jurídico de Huelva Acoge.

Desde Bantabah hoy os traemos como recomendación la novela Tres días en la arena, escrita por el protagonista de la misma: Ibrahim Bah, refugiado político en España desde 2019 que tuvo que dejar su país, Guinea Conakry, con tan solo 25 años.

Estudiante de derecho y proveniente de una familia acomodada, se ve forzado a huir de su país para salvar su vida, emprendiendo un viaje hacia Europa lleno de abusos y peligros que en esta novela su propio protagonista nos describe sin intermediarios ni adornos.

«Un regalo escrito con dureza y honestidad pero también con la ternura del que ya no tiene miedo a mostrar su vulnerabilidad«, describe la editorial de esta novela.

Es una magnífica obra que relata la realidad migratoria a la que parece que nos acostumbramos, despojando así de humanidad el dolor de miles de personas que forman parte de nuestra sociedad, cuya herida abierta no reparamos en mirar con detenimiento, atención y dignidad.

Esta historia no tiene más drama que su propia realidad. La dureza que no queremos ver es fruto de la ausencia de rutas legales para migrar, ante las cuales a las personas no les queda más salida que, huyendo de situaciones inhumanas, exponerse a riesgos y peligros mayores si cabe.

Y aunque esta realidad hay muchos que ya creemos conocer, considero que la importancia de esta novela radica precisamente en la necesidad de detenernos a escuchar. Pararnos y escuchar lo que en primera persona, y desde el más doloroso de los recuerdos, solo el que ha vivido este terrible viaje puede contarnos.

Puedes adquirir esta novela a través de Traficantes de sueños, un proyecto de producción audiovisual y de comunicación política que se encarga de distribuirla. Aquí el enlace al mismo: https://traficantes.net/libros/tres-d%C3%ADas-en-la-arena

Sin más, solo espero que disfrutéis de esta lectura. No permitamos que el esfuerzo que hay detrás de esta novela y la valiente historia que encierra, nos sea indiferente.

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